Articulación de las funciones sustantivas: un camino hacia la transformación social universitaria

Introducción

En la actualidad, las Instituciones de Educación Superior (IES) enfrentan el desafío de trascender los límites del aula para convertirse en actores estratégicos del desarrollo sostenible. En este contexto, la articulación entre docencia, investigación y vinculación con la sociedad se configura como el eje vertebrador que garantiza la pertinencia, la calidad y la responsabilidad social de la educación superior. Más allá de ser funciones aisladas, estas dimensiones se interrelacionan para cumplir con el mandato de formar profesionales comprometidos con la transformación de su entorno.


Desarrollo

La docencia constituye el núcleo de la formación profesional, pero su impacto se potencia cuando se sustenta en procesos de investigación que generan conocimiento relevante y en experiencias de vinculación que conectan ese conocimiento con las realidades sociales y productivas. Según la UNESCO (2021), la educación superior debe ser “un bien público y un derecho humano universal” orientado a la solución de los problemas sociales mediante la producción y aplicación del conocimiento.

Por su parte, la investigación universitaria, cuando se articula con la docencia, promueve la formación de pensamiento crítico y la capacidad de innovación. En ese sentido, la investigación aplicada y la transferencia tecnológica no deben quedarse en el laboratorio o en las publicaciones científicas, sino extenderse hacia la comunidad como herramienta de cambio y desarrollo.

La vinculación con la sociedad, entendida desde su concepción latinoamericana, representa la concreción de la responsabilidad social universitaria. Es el espacio donde la docencia y la investigación dialogan con los saberes locales, la diversidad cultural y las necesidades territoriales. A través de proyectos colaborativos, prácticas preprofesionales y extensión crítica, las IES fortalecen su compromiso ético y político con el entorno.

Diversos autores, como Tünnermann (2010) y González (2016), destacan que el verdadero sentido de la extensión universitaria o vinculación con la sociedad, radica en su capacidad de integrar la teoría y la práctica, favoreciendo procesos de aprendizaje dialógicos, participativos y transformadores. En Ecuador, la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) y el Reglamento de Régimen Académico (RRA, 2022) establecen que las tres funciones sustantivas deben articularse en los currículos y proyectos institucionales, generando impactos medibles en el territorio.


El Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CACES), en sus modelos de evaluación y acreditación (2023 y 2024), incorpora la articulación como uno de los ejes esenciales de la calidad. Esta integración se evidencia en los criterios relacionados con la pertinencia, la investigación formativa, la vinculación con enfoque territorial y la evaluación de resultados e impacto.

  • Genera conocimiento situado y contextual.
  • Forma profesionales con conciencia crítica, ética y solidaria.
  • Fortalece la innovación social y tecnológica.
  • Contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 4 (Educación de calidad), el ODS 10 (Reducción de desigualdades) y el ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos).

Conclusiones

La articulación de la docencia, la investigación y la vinculación con la sociedad no es una opción, sino una condición para la transformación social y el aseguramiento de la calidad educativa. Supone un cambio de paradigma en la gestión de la educación superior: pasar de la fragmentación a la sinergia; del conocimiento cerrado a la construcción colectiva del saber.

En este sentido, las universidades ecuatorianas y latinoamericanas avanzan hacia un modelo donde la educación superior se concibe como un agente activo de cambio, capaz de dialogar con los territorios, promover la equidad y contribuir a una sociedad más justa, sostenible y humana.

67 comentarios sobre “Articulación de las funciones sustantivas: un camino hacia la transformación social universitaria

  1. La articulación de las funciones sustantivas son de vital importancia para la transferencia de conocimiento, mismas que permiten establecer de manera directa las necesidades que presentan los diferentes sectores, desde la generación del conocimiento (universidades), quienes establecen estrategias de mitigación de los diferentes problemas a través de la investigación y los ejecutan con la vinculación universitaria, estableciendo de esta manera el mejoramiento académico, científico y la relación Universidad – pueblo para mejorar las condiciones de vida y de desarrollo de la sociedad.

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  2. La integración de las funciones sustantivas como necesidad urgente e imperiosa; no es un simple modelo, sino el alma de la universidad moderna. Mediante este proceso bien encaminado, formaremos profesionales con la sensibilidad y capacidad para transformar de verdad su entorno, construyendo un futuro más humano y justo. Mediante un proceso articulado en franco desarrollo entre los actores sociales y la universidad.
    Jaime Acurio

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  3. El proceso articulado ayuda a generar mejores oportunidades para aterrizar el proceso de vinculación, de una manera solvente integrando conocimiento e innovación

    Jose Ágreda

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  4. Integrar las funciones sustantivas es hoy una urgencia y, a la vez, la esencia de la universidad moderna. Cuando este proceso avanza de manera conjunta con los actores sociales, permite formar profesionales sensibles, preparados para transformar su realidad y aportar a un futuro más justo y humano.

    Elsa Marlene Tixilema.

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  5. La integración de las funciones sustantivas permiten el fortalecimiento las IES y los distintas sectores hasta donde estas llegan, desde la generación del conocimiento hasta la transferibilidad de los mismos, en la solución de los problemáticas identificados en el contexto socio productivo, de la localidad, región y país.

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  6. La articulación de docencia, investigación y vinculación que plantea este artículo refleja muy bien el reto actual de las IES: pasar de acciones aisladas a procesos integrales con impacto real en los territorios. Solo desde esa sinergia la universidad puede convertirse en un actor efectivo de transformación social y de cumplimiento de los ODS.

    Anabel Abarca.

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  7. La articulación entre docencia, investigación y vinculación con la sociedad se ha convertido en un pilar esencial para garantizar la pertinencia y el impacto de la educación superior. Hoy, las universidades no pueden limitarse al aula o al laboratorio: deben dialogar con los territorios, generar conocimiento útil y promover prácticas que transformen realidades. Este enfoque integrado fortalece la innovación, la responsabilidad social y el compromiso ético de las IES, alineándose con los ODS y con las demandas de una sociedad que exige soluciones sostenibles y colaborativas.

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  8. La articulación entre docencia, investigación y vinculación con la sociedad es fundamental para que las universidades cumplan con su verdadero rol transformador. Cuando estas funciones trabajan de manera integrada, la formación académica se vuelve más pertinente y conectada con las necesidades reales del territorio. Además, se fomenta la generación de conocimiento útil y la participación activa de la comunidad en los procesos educativos. Este enfoque fortalece la calidad universitaria y la responsabilidad social, permitiendo que los futuros profesionales desarrollen pensamiento crítico, ética y compromiso social. En definitiva, articular estas funciones es apostar por una educación superior más humanista, inclusiva y orientada al bien común.

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  9. La articulación entre docencia, investigación y vinculación con la sociedad representa un modelo educativo más dinámico y pertinente frente a los retos actuales. Este enfoque permite que el conocimiento trascienda el aula y se aplique en beneficio de la comunidad, fortaleciendo tanto la formación profesional como el desarrollo social y productivo de los territorios. Además, impulsa la innovación, el pensamiento crítico y el aprendizaje significativo, al integrar la teoría con la práctica real. La normativa vigente y los modelos de evaluación reconocen esta integración como un indicador clave de calidad educativa. En definitiva, este modelo promueve universidades comprometidas con la equidad, la sostenibilidad y el progreso colectivo.

    Edwin Cevallos.

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  10. Cuando la articulación de las funciones sustantivas se convierten en un camino hacia la transformación social universitaria esta mutación abren un sinnúmero de oportunidades para los estudiantes y su deseo de conectar con su misión y propósito de vida. Cómo este cambio sistémico impacta en el SER UNIVERSITARIO y su compromiso con la transformación de la realidad de un mundo que cada vez se nos escapa de las manos. Cada experiencia de vinculación desde el modelo más trabajado repercute en la mirada de los educandos y de las comunidades. Cada acercamiento de vínculo a través de los proyectos se vuelven portales de posibilidades y esperanza de un mundo más conectado con la articulación de las funciones sustantivas antes mencionadas y que detallo a continuación:

    Genera conocimiento situado y contextual.

    Forma profesionales con conciencia crítica, ética y solidaria.

    Fortalece la innovación social y tecnológica.

    Contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 4 (Educación de calidad), el ODS 10 (Reducción de desigualdades) y el ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos).

    Felicitaciones tania por tan bonito artículo. Aquí las reflexión que me generó el leerlo

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  11. La articulación de Docencia, Investigación y Extensión, cimentada en el principio de compromiso social que impulsó el Manifiesto de Córdoba, no es solo un ideal administrativo, sino un imperativo ético para las IES. Una universidad que articula sus funciones es una universidad que forma profesionales competentes (Docencia), genera nuevo conocimiento relevante (Investigación), y contribuye activamente al desarrollo de su entorno (Extensión). Solo en esta sinergia integral se cumple la promesa de la Reforma de 1918: convertir a la universidad en una fuerza movilizadora del proceso social.

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  12. Se expone una visión integral y contemporánea de la educación superior en América Latina, destacando que las universidades ya no pueden limitarse a la formación académica tradicional, sino que deben asumir un rol activo en la transformación social. El eje central del texto es la articulación entre las tres funciones sustantivas de la universidad: docencia, investigación y vinculación con la sociedad, las cuales se plantean como dimensiones interdependientes que deben converger para garantizar pertinencia, calidad y responsabilidad social.

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  13. Es importante que la articulación de docencia, investigación y vinculación es el pilar de la calidad y la responsabilidad social de las IES. Las universidades deben trascender el aula, usando la investigación como base de la docencia y la vinculación como el espacio de aplicación y diálogo con la sociedad. Este modelo integrado asegura la pertinencia del conocimiento generado y la formación de profesionales comprometidos con la transformación social y los ODS. En el contexto ecuatoriano, esta sinergia es un mandato legal y un eje central en los procesos de acreditación.

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  14. La articulación de las funciones sustantivas universitarias es esencial para garantizar una transferencia efectiva del conocimiento hacia la sociedad. Esta integración posibilita una comprensión directa y profunda de las necesidades de los distintos sectores, permitiendo que la generación del conocimiento desde la academia se vincule con acciones concretas. A través de la investigación se diseñan estrategias para enfrentar problemáticas reales, y mediante la vinculación se implementan dichas soluciones junto con las comunidades. De este modo, se fortalece tanto el desarrollo académico y científico como la relación Universidad–sociedad, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida y el desarrollo integral del territorio.

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